sábado, 16 de enero de 2010

Dos cuentillos terroríficos


Se nos ocurrió escribir dos historias por separado. Después de unos minutos, intercambiamos cuadernos para que la otra escribiera el final de nuestro relato.

Señorita zombie



"Que importa lo que digan los demás" dijo Gabriela, una compañera de tez pálida, cabello lacio como la seda y negro que acostumbraba usar playeras de estoperoles y calaveritas, converse rojos y todo el tiempo escuchaba su discman después de que la directora descubrió que en su mochila tenía un enorme frasco de veneno.
Ya todos tenìamos sospechas sobre la chica...

Muchos creían que fué traída por los extraterrestres
otros que era de Alemania
y unos cuantos más que era un vampiro travesti que atacaba silenciosamente a sus víctimas.
Karina y yo (mi mejor amiga) no éramos esas odiosas miedosas que le temían a Gabriela, así que nos acercamos: ¡qué onda, Gaby!-pronuncié pausadamente-. Su respuesta fue un silencio total acompañado de una cara de piedra.
Aquella fría -pero bella- tarde, Karina y yo la seguimos hasta su casa (a escondidas) que, por cierto, no era como la imaginamos, si no mucho más bonita (sin murciélagos, telarañas y gato negros) Tenìa ventanales enormes con balcones por donde -con un telescopio- vimos que, como siempre, escuchaba música, horas después se fué a un callejón obscuro donde había un gato. Entonces Karina y yo vimos muy bien que Gabriela mordió al gato y le inyectó veneno. En un libro, Karina y yo descubrimos que el veneno era su sangre, y que, cuando muerdes a las personas o animales, eres zombie. Encontramos el antídoto, lo pusimos en una bebida y Gabriela se la tomó. Así se le quitó la maldición de zombie y ahora Gaby vive bien. Bueno, eso se cree...


Guion para una película llamada "El medallón del Armagedón"

En la pantalla: "Esta fue una historia real."

Hace mucho tiempo había una mujer llamada Amanda. Esa mujer encontró un medallón enterrado en un cementerio y lo guardó...

En la pantalla: "Tres años después..."

Amanda tiene un hijo llamado Adrián. Va a una escuela llamada "Children Primaria". Un día hizo una apuesta y ganó, entonces le dieron $100. Por eso se creía mucho. Así que un día se puso el medallón. Y algo extraño sucedió entonces...

Le salieron colmillos y sufría una gran atracción por el color rojo. En el salón de clases alguien se cortó un dedo y Adrián corrió a chuparle la sangre a su compañero. Desde ahí empezó a leer un libro de vampiros y en uno de ellos se encontró una fotografía del medallón que decía "El medallón del Armagedón está poseído por el espíritu de un viejo hechicero poderoso. Quien lo tenga se convertirá en vampiro. Durante toda la eternidad. Lo único que puede hacer quien lo posee es alimentarse de sangre una vez al mes." Entonces Adrián se espantó tanto que no comía ni nada, sólo dormía. Un día se quedó en un sueño inmenso y su mamá pensó que estaba muerto. Entonces lo sepultó en el cementerio.

En la pantalla: "Cinco milenios después..."

Adrián despierta y sale del sepulcro, ya grande. Tenía otras ideas, así que se metió a trabajar de noche. Entonces se alimentaba de sus compañeros de trabajo cada mes, y lo que comía era carne cruda llena de sangre... Iba al hospital por bolsas de sangre porque decía que su madre estaba enferma y necesitaba sangre. Pero en realidad, se la bebía. Pronto decidió que quería ser normal. Quería estudiar, trabajar tener una familia... Se inscribió al colegio de Dereho de Amsterdam. El primer día en el salón de clases encontró a una chica de la cual se enamoró perdidamente. Le habló, pero al instante pudo darse cuenta de que era un vampiro, pues ella le chupó la sangre de una cortada. Vio que no sabía nada. Se casaron y cazaron al Papa, (que los había casado) para cenar en su luna de miel.


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